Cambiarse de casa es una experiencia que mezcla ilusión y un poco de estrés. Entre cajas, recuerdos y todo lo nuevo que viene, decidir dónde poner cada mueble puede parecer complicado. Pero si te adelantas un poco y piensas cómo organizar el espacio, todo será mucho más fácil el día de la mudanza. Así, además, podrás sacarle el jugo a cada rincón y hacer que tu nuevo hogar se sienta cómodo desde el principio. En esta parte, te damos algunas ideas para que vayas planeando cómo ubicar tus muebles antes de llegar del todo.
Para que tu mudanza sea lo más fluida posible, te sugerimos que, si tienes oportunidad, visites tu futura casa o piso antes del gran día. Ver el espacio con tus propios ojos y tomar algunas medidas nos ayudará muchísimo a asesorarte sobre cómo distribuir tus muebles de forma inteligente y a que la descarga sea súper eficiente. Créenos, antes de que te líes a mover cajas, familiarizarte con tu nuevo hogar te dará la información vital para saber dónde encajará cada pieza.
- Toma bien las medidas: Antes de mover un solo mueble, mide cada habitación con cuidado: largo, ancho y alto. No te olvides de las puertas y ventanas —anota dónde están, cuánto miden y hacia dónde se abren—, y también presta atención a columnas, rincones raros o cualquier cosa que pueda afectar la ubicación del mobiliario.
- Haz un plano sencillo: Puede ser a mano, en una hoja cuadriculada, o usando alguna app online. Marca bien las paredes, puertas, ventanas y cualquier elemento que no se pueda mover. Eso te dará una idea clara del espacio real.
- Piensa para qué servirá cada espacio: ¿Será dormitorio, sala, comedor, oficina? Según eso, define qué muebles realmente necesitas ahí. No sobrecargues: mejor priorizar lo esencial.
- Fíjate en la luz natural: Mira por dónde entra el sol en cada habitación. Eso te ayuda a decidir dónde poner muebles delicados, como sofás de tela clara o plantas que necesitan luz.
- Ubica los enchufes: Revisa dónde están los puntos de electricidad. Esto es clave para colocar lámparas, cargadores, tele, etc., sin terminar con cables por todos lados.
- Deja espacio para moverte: Imagina cómo caminarás por el lugar. Asegúrate de que haya espacio suficiente para pasar, abrir puertas o cajones sin que algo estorbe.
Haz un inventario detallado de tus muebles (y aprovecha para depurar).
Si contratas un servicio: El equipo se encarga de revisar y anotar todos tus muebles. Esto les permite organizar mejor la carga, evitar sorpresas el día de la mudanza y colocar cada cosa en su sitio según lo que les indiques.
Si lo haces por tu cuenta: Toma papel y lápiz (o una nota en el móvil) y apunta todo lo que vas a llevarte. Aprovecha este momento para ser crítico. Pregúntate con cada pieza:
¿Cabe bien en el nuevo lugar? ¿Va con el estilo?
¿Lo uso de verdad o solo está ocupando espacio?
¿Está en buen estado?
¿Tiene algún valor personal que justifique el esfuerzo de moverlo?
Deshacerte de lo que ya no sirve o no encaja no solo aligera la carga, también te ahorra dinero y te da una buena excusa para empezar con energía renovada.
Organiza tus muebles por habitación (¡Planificar es lo principal!).
Si tienes ayuda de mudanzas: Ellos te dirán dónde poner cada mueble, basándose en el plano de tu casa y en lo que tienes. Te darán ideas para que cada habitación quede como a ti te gusta y te sea útil. Si lo haces tu: Con el plano de tu casa y la lista de tus muebles, piensa en cada habitación por separado. Aquí tienes algunas ideas para empezar:
- Salón: Busca el punto central de la sala: puede ser una chimenea, una gran ventana o el lugar donde irá la TV. Acomoda el sofá y los sillones de forma que inviten a relajarse y conversar. No olvides dejar sitio para mesas pequeñas, estanterías o algún detalle decorativo que te guste.
- Comedor: Piensa dónde quedaría mejor la mesa, asegurándote de que haya espacio para moverse con soltura alrededor. Si tienes un aparador o vitrina, decide si tiene sentido incluirlos según el tamaño del espacio y lo que usas a diario.
- Dormitorios: La cama es el mueble principal, así que empieza por ahí. Asegúrate de que quede bien posicionada respecto a la entrada, las ventanas y la luz natural. Luego organiza el resto: armarios, mesitas, tal vez un escritorio o tocador si lo necesitas.