¡Claro! Imagina que tus cosas son como tus juguetes o tus objetos favoritos, ¡y queremos que lleguen a su nuevo hogar sanos y salvos! Empacarlos con cuidado es como darles un abrazo protector para el viaje.
Aquí te cuento cómo hacerlo, como si estuviéramos preparando una aventura para tus cosas:
- Busca cajas fuertes, ¡como fortalezas! No uses cajas viejas y débiles. ¡Consigue cajas de cartón que se vean resistentes, como las que usan para enviar paquetes!
- ¡Abrigo de burbujas para los consentidos! Para tus cosas más delicadas, como platos, vasos o figuras, envuélvelas con ese plástico de burbujas que tanto te gusta explotar. ¡Es como ponerles un chaleco protector! Si no tienes, el papel de periódico también ayuda, ¡pero con más cuidado!
- ¡Relleno antimovimiento! Si pones varias cosas en una caja y queda espacio vacío, usa papel arrugado o incluso ropa suave para rellenarlo. Así, tus cosas no bailarán mucho dentro de la caja y no se golpearán entre sí.
- ¡Cinta adhesiva como pegamento mágico! Cierra bien cada caja con cinta adhesiva fuerte, ¡de esas anchas! Ponlo en la parte de abajo, en la de arriba y también en los lados para que no se abra por sorpresa.
- ¡Etiquetas como nombres para cada caja! Escribe en cada caja qué hay dentro y a qué habitación va en tu nueva casa. ¡Así sabrás dónde va cada cosa cuando llegues! También puedes dibujar una señal de «CUIDADO» si hay cosas frágiles.
- ¡Los grandotes en cajas pequeñas! Si tienes cosas muy pesadas, como libros, pon pocos en cada caja. ¡Así no será tan difícil cargarlas y la caja no se romperá!